Pueden acogerse a este beneficio de exoneración todas las personas físicas (sean empresarios o no) que se hallen en situación de insolvencia y no puedan cumplir regularmente con sus compromisos económicos. La Ley de Segunda Oportunidad, por lo tanto, es una herramienta para los particulares ya sean consumidores que no pueden afrontar lo pagos de sus tarjetas de crédito o préstamos solicitados, empresarios o autónomos con dificultades o unidades familiares.